jueves, 29 de agosto de 2013

¿Que es la bulimia?

La bulimia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria que consiste en una falta de control sobre la comida, con una ingesta de grandes cantidades de alimentos en un corto periodo de tiempo, acompañada por conductas compensatorias como consumo excesivo de laxantes o vómitos auto inducidos. El enfermo mantiene estas conductas en secreto, por lo que a veces es difícil que las personas de su entorno detecten el problema.
La bulimia, junto con la anorexia nerviosa, constituyen los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) de más rápido crecimiento en la población joven, caracterizados por un conjunto de comportamientos dirigidos a conseguir o mantener lo que el paciente considera como peso aceptable, siguiendo unas dietas totalmente irracionales y con un angustioso miedo a engordar.
Se presenta en el 90% de los casos en mujeres; también pueden sufrirla hombres, aunque su proporción es cerca de diez veces menor. Es frecuente en adolescentes y en el inicio de la edad adulta

Síntomas de la persona con bulimia

  • La persona con bulimia, tiene una preocupación continua por la comida, y siente deseos incontrolables de comer, especialmente alimentos con alto valor calórico (hidratos de carbono, dulces...). Consume grandes cantidades de comida en cortos periodos de tiempo (cada dos horas o incluso menos).
  • Para contrarrestar el aumento de peso, el paciente puede provocarse vómitos, abusar de laxantes, consumir fármacos que reducen el apetito o diuréticos. Hay, pues, que sospechar, cuando una persona se encierra en el baño nada más terminar de comer.
  • De la misma forma, otros síntomas de bulimia pueden ser, ayunar durante largos periodos de tiempo, seguir dietas muy restrictivas y realizar ejercicio intenso.
  • El sujeto manifiesta un fuerte miedo a engordar, fijándose como meta un peso inferior a su peso óptimo.
  • La bulimia generalmente se presenta en pacientes con antecedentes previos de anorexia nerviosa, y con un intervalo entre ambos trastornos de varios meses o años.
  • Los pacientes con bulimia manifiestan apatía, fatiga, irritabilidad y cambios en el ritmo del sueño, lo que genera una pérdida del rendimiento laboral o escolar, y el abandono del cuidado personal.
  • Otros síntomas que se pueden apreciar en un reconocimiento médico son: una ligera distensión abdominal con presencia de estreñimiento, hipertrofia de las glándulas parótidas, pérdida del esmalte dental, lesiones en la garganta, desequilibrio de electrolitos, edemas en extremidades y abrasiones en el dorso de las manos; todo esto debido a la inducción al vómito. El uso de laxantes y diuréticos también produce desequilibrio de los fluidos y electrolitos.
  • Se presentan, además, alteraciones endocrinas; en las mujeres es frecuente la aparición de irregularidades en el ciclo menstrual o amenorrea.

Factores de riesgo de la bulimia

La bulimia nerviosa constituye un grave problema de salud pública, porque  afecta a más del 2% de las adolescentes de entre 14 y 18 años, y a los varones en una proporción cerca de diez veces menor, y varios estudios indican que la enfermedad sigue incrementándose en la actualidad. Se suele infravalorar el problema, ya que los pacientes tienden a ocultar los síntomas y a no buscar ayuda, por lo que muchos enfermos no han sido diagnosticados.
Entre los factores de riesgo para desarrollar la bulimia destacan:
  • Hacer dieta. En algunos casos, al dejar de ingerir carbohidratos, la persona se priva de un importante supresor del apetito, lo que hace que sienta un deseo incontrolable de comer. Además, las dietas estrictas pueden afectar a ciertos neurotransmisores cerebrales como la serotonina, lo cual predispone a la bulimia.
  • La influencia social. El cine, la televisión, la publicidad, la moda... transmiten constantemente mensajes que indican que es necesario estar delgado para ser feliz y tener éxito. Para conseguir ser aceptados socialmente, cada vez más jóvenes tratan de modificar su apariencia física, utilizando métodos que ponen en peligro su salud.
  • La incorporación de la mujer al mundo laboral supone un cambio en los hábitos alimenticios de las familias, al faltar una persona que establezca los horarios de las comidas y vigile su cumplimiento. De esta forma, los adolescentes están menos controlados y comen, o dejan de comer, sin el conocimiento de sus padres.
  • En las personas más vulnerables, problemas emocionales como el divorcio de los padres, el fallecimiento de un ser querido, la sobreprotección familiar, o antecedentes de depresión y otros trastornos mentales en la familia, pueden ser factores desencadenantes de un desorden alimentario.
Por otro lado, una excesiva preocupación por la figura y el peso puede ser un desencadenante de bulimia, así como la baja autoestima y el perfeccionismo.

Diagnóstico de Bulimia


A pesar de que la bulimia sea un trastorno alimenticio y que, como tal, devasta la salud fisica, es diagnosticada de acuerdo con criterios de salud mental. Es necesario que haya una correspondencia con cinco criterios patrón para que la bulimia sea diagnosticada, incluyendo comer compulsivamente, purgar (vómito provocado, uso impropio de laxantes, uso impropio de diuréticos, uso impropio de clisteres, pasar hambre y/o exceso de ejercicio), un ciclo de compulsión alimenticia purga por lo menos dos veces por semana durante tres meses – alimentando un miedo profundo en  relación al aumento de peso –, ideas irreales relacionadas con el peso ideal y  la ausencia de anorexia. Si un individuo come en exceso y purga durante un episódio de anorexia, se considera, entonces, que sufre de Anorexia de Tipo Compulsivo y Purgativo. Sin embargo, si fuese diagnosticada bulimia, será necesario determinar un subtipo. La Bulimia Nerviosa de Tipo Purgativo es diagnosticada cuando un bulímico purga para liberar el cuerpo de comida, mientras que la Bulimia Nerviosa de Tipo No-Purgativo es diagnosticada cuando un bulímico no purga para liberar al cuerpo de comida, pero hace ejercicio o ayuna en exceso después de comer compulsivamente.

Prevencion de la bulimia

  • Estos consejos deberían ser tomados en cuenta por todo aquel que quiera prevenir la bulimia:
    • Descubre qué te gusta de tu cuerpo, recuérdalo, y potencia ese atractivo con la ropa que mejor se adapte a tu físico. También puedes disimular los aspectos negativos. Es normal que ciertas partes del cuerpo no te agraden, y querer mejorar o esconder esos defectos no es malo, siempre que no se convierta en una obsesión.
    • No te compares con los demás. El físico es, sobre todo, cuestión de genes, y aunque se puede mejorar practicando deporte y con una dieta equilibrada, la estructura ósea y la estatura no se pueden modificar. Aprende a sentirte cómodo con tu físico porque esa seguridad se transmite y resultarás más atractivo.
    • Conoce y valora tus cualidades, y muéstralas cuando conozcas gente nueva. Cuando alguien es simpático, ingenioso, amable, dice cosas interesantes y sabe escuchar, el físico queda en un segundo plano.
    • No critiques la apariencia de los demás. Valóralos por sus cualidades y su carácter, al margen de su belleza.
    • Si te sientes mal con tu cuerpo, no comiences una dieta por tu cuenta sin consultar primero con un profesional. No te aísles, habla con tu familia y amigos. Siempre hay alternativas para mejorar sin necesidad de caer en hábitos perjudiciales para tu salud, que son un problema grave y no una solución.